Qué es una dieta personalizada

Seguro que has escuchado la expresión de dieta personalizada muchas veces, pero ¿qué significa realmente? Si buscas en internet encontrarás que una dieta personalizada tiene en cuenta las kilocalorías y nutrientes que necesitas, tus objetivos, tus gustos… Vamos a rellenar de significado el concepto.

Formas hacer una dieta personalizada

Recientemente se habla de personalizar la dieta a nivel genético con resultados muy prometedores en la prevención de enfermedad. No vamos a sumergirnos tanto en la teoría. Vamos a hacer un recorrido por las diferentes maneras de personalizar tu dieta: nutricional, de estilo de vida y genético. Vamos a hablar de la parte olvidada, la que va a hacer que una dieta sea un proceso placentero y de aprendizaje. Este artículo hace referencia a las dietas como tal pero también a las pautas nutricionales para cambiar de hábitos.

que es una dieta personalizada

Hagamos de la personalización de las dietas una realidad en 3 niveles de profundización

Tiene en cuenta tu estado nutricional

Naturalmente es necesario saber el estado nutricional y de salud en el que se encuentra el paciente, así como las necesidades de kilocalorías y el gasto energético. Se tienen en cuenta datos como la altura, el peso, el nivel de actividad física, la complexión de la persona y la calidad de su dieta, las necesidades de líquidos y un largo etcétera. En este primer paso nos hemos quitado de un plumazo todas las dietas de revistas e internet. Incluso las que te indican las kilocalorías o la que te ha dejado algún conocido que la ha hecho y le ha ido muy bien.

Tiene en cuenta tus hábitos de vida

Es aquí donde está el quiz de la cuestión. Puede ser la dieta más personalizada en requerimientos energéticos y necesidades de nutrientes. Ya pueden ser platos apetecibles que de nada nos sirve si no la puedes poner en práctica. Por ello las pautas dietéticas tienen que tener en cuenta por lo menos, lo siguiente:

  • Tu horario y número de comidas.
  • ¿De cuánto tiempo dispones para comer?
  • Lugar en el que preparas y realizas las comidas.
  • ¿Quién cocina? ¿Te gusta cocinar?
  • ¿Quién hace la compra? ¿Cada cuánto? ¿Qué tipo de alimentos compras? ¿Cómo los almacenas?
  • Número y tipo de platos en cada comida.
  • Menús y recetas más frecuentes.
  • Tus conocimientos y habilidades culinarias
  • Técnicas habituales más frecuentes y condimentación
  • Aspectos relacionados con tu economía y organización
  • Comidas fuera de casa
  • Conocimientos nutricionales.
  • Tus valores personales
  • Tu relación con la comida
  • Tus emociones

Dieta personal e intransferible

A estas alturas es posible que sospeches que con tantos aspectos a tener en cuenta, una dieta o menú cerrado no es realista; te lo vas a “saltar” sí o sí. Es por ello que la dieta entendida como planificación semanal puede ser útil para ayudarnos a poner en práctica los objetivos que tu nutricionista y tú identificais en la consulta . La dieta está para saltársela y desarrollar la autonomía y la improvisación sin perder de vista los objetivos.

Por ejemplo, si quieres dejar de de comer carne y pescado, será necesario que conozcas cuáles son las fuentes de proteína diferentes a la carne.  También aprender nuevas recetas para sumar variedad a tu dieta. Necesitarás entender qué nutrientes pueden ser carenciales y cómo suplementarlos. Cómo cocinar las fuentes de proteína vegetal para aumentar la biodisponibilidad de sus nutrientes. Entender el etiquetado nutricional para seleccionar los alimentos de mejor calidad.

Hay muchas formas de enfocar las pautas o la dieta, pero solo una forma de que sea personalizada, y es teniendo en cuenta todo lo anterior. Aquí puedes consultar tu caso individual

Tiene en cuenta tu genoma

La genética. El genoma tiene que ver con el entorno nutricional en dos sentidos: los nutrientes modulan la expresión de los genes y los genes condicionan el efecto de la dieta. Estamos entrando en una era de la nutrición en la que la salud o la enfermedad se consideran consecuencia de un desajuste entre la genética y el estilo de vida.

Si ya has ajustado los dos puntos anteriores y te están ayudando a acercarte a tu objetivo, puedes hilar más fino y tener en cuenta el genoma a través de un estudio genético.  Se trata de establecer un orden de prioridades, yendo de lo más general a lo más específico. Flaco favor le estás haciendo a tu cuerpo cuerpo si ponemos la atención en tomar la zanahoria cocida pero no cruda porque te ha salido en un caro estudio genético mientras le quitas atención a, por ejemplo, tomar ultraprocesados o tomar alcohol de manera «moderada» (por cierto, ¿cuánto es «cantidad moderada»? Te leo en los comentarios).

Dietas y frustración

Es posible que en algún punto de tu vida hayas hecho una dieta con un objetivo esta se haya diluido en el tiempo. En la memoria se te queda el mensaje de que “no fui capaz de cumplirla”. Si esto te pasa con dos dietas has tenido oportunidad de comprobarlo dos veces. Si te ha pasado con diez, el mensaje se graba a fuego en tu autoestima. Esta frustración es fruto de una dieta no personalizada. Si vuelve a pasar no dudes de ti, coge ese papel y tíralo a la basura.

Lamentablemente es un mensaje muy difícil de cambiar, ya que proliferan las dietas y consejos dietéticos en todos los medios de comunicación y en gran parte de nuestro entorno. No sabes el daño que han hecho (y siguen haciendo) las dietas de 1200 kcal de endocrinos ¡y pediatras! que se reparten cada día en las consultas médicas. La nutrición avanza y hay profesionales no actualizados (entre las nutricionistas también).

Te animo a dejar atrás el concepto de “dieta” como pauta cerrada que hago o me salto. Empieza a ver la dieta como un patrón de alimentación que te ayudará con tus objetivos de salud o de pérdida de peso de manera práctica y flexible.

Objetivo: adelgazar cumplir la dieta

Probablemente cuando te planteas hacer una dieta o cambiar tus hábitos alimentarios lo hagas por una razón. Te propongo un plot twist: esta razón o razones serán tu motivación, pero no tu objetivo. Tu objetivo será cumplir las pautas nutricionales para obtener los cambios deseados. Por ejemplo, en lugar de tener como objetivo mejorar el estreñimiento, tu objetivo será poder mantener una buena ingesta de fibra e hidratación a largo plazo y como consecuencia mejorará el estreñimiento. Probablemente estos dos objetivos del ejemplo te hagan empezar a hacer cosas que antes no hacías y que lleguen a formar parte de tu estilo de vida.

Aprender a hacerlo no es fácil y solo se conseguirá con una dieta personalizada. Te animo a parar un instante y pensar cómo transformarías tu objetivo en una consecuencia de un cambio de hábitos.

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